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¿Por qué las relaciones a distancia son complicadas?
En general las relaciones pueden resultar complicadas. Si a los problemas habituales le sumamos la distancia pueden surgir dificultades. Existen varios factores que influyen en el hecho de que la relación a distancia funcione o fracase. Por ejemplo: El tiempo que los miembros de la pareja estén separados.
¿Cómo funcionan las relaciones a distancia según la psicología?
¿Las relaciones a distancia pueden funcionar según la psicología? En general las relaciones pueden resultar complicadas. Si a los problemas habituales le sumamos la distancia pueden surgir dificultades. Existen varios factores que influyen en el hecho de que la relación a distancia funcione o fracase.
¿Cómo fortalecer la relación con tu pareja?
Dedicarle tiempo y esfuerzo es fundamental. Trabajar juntos o juntas para solventar las pequeñas dificultades que puedan surgir, fortalecerá la relación. La confianza en estos casos es primordial porque como ya hemos visto pueden surgir celos e inseguridad. Contar a tu pareja cómo te sientes y que te anime, y viceversa.
¿Por qué las relaciones a distancia son tan cuesta arriba?
Las relaciones a distancia pueden hacerse muy cuesta arriba a muchas parejas. El amor y la distancia son dos conceptos que casi nunca van de la mano. Y es que, cuando se comienza una relación con alguien, siempre tiene que haber una cercanía física, una necesidad de estar con la otra persona, de tocarla, de sentirla y abrazarla.
¿Por qué es importante tener relaciones a distancia?
Las relaciones a distancia pueden permitirle a dos personas madurar y crecer, para así cuando se reencuentren tengan una relación más equilibrada, sana y fuerte Un estudio publicado en Journal of Communication y efectuado por investigadores de la Universidad de Hong Kong (China) y de Cornell (EEUU) puede ayudarnos a adoptar esta actitud positiva.
¿Por qué las relaciones a distancia son más exitosas que las convencionales?
Según sus conclusiones, las relaciones a distancia pueden llegar a ser más exitosas que las convencionales. Se basan en que echar de menos al otro, hace que aumente nuestra pasión por él o ella, y favorece igualmente esa “idealización íntima” del otro, incluso cuando se mantienen menos interacciones diarias.