Como hacer para llevarme bien con mi hija?

¿Cómo hacer para llevarme bien con mi hija?

7 Consejos para conectar con tu hijo

  1. Juega con tus hijos.
  2. Presta atención a sus sentimientos.
  3. Comparte tiempo de ocio de calidad con ellos de manera habitual.
  4. Céntrate en ti mismo.
  5. Mantén el contacto visual con tus hijos.
  6. Habla con ellos sobre los grandes interrogantes de la vida.
  7. Cuéntales más acerca de tu vida.

¿Cómo lidiar con una hija adolescente rebelde?

Qué hacer con mi hijo adolescente conflictivo: terapia de ayuda

  1. Mantener una comunicación abierta con el adolescente. La adolescencia es una etapa de cambios que puede generar estrés en el joven.
  2. Anímale y aprécialo como individuo.
  3. Haz que comprenda las reglas y las consecuencias.

¿Qué hacer cuando mis hijas se acercan a sus años adolescentes?

Cuando mis hijas se acercan a sus años adolescentes, doy prioridad a una relación estrecha. y explicar los límites con lógica. No empecé con buen pie cuando una de mis hijas tenía 11 años, y decidí hacer un examen de conciencia para enmendarlo.

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¿Cómo mantener una relación estrecha con tu adolescente?

Mantener una relación estrecha hace que puedas opinar en la vida de tu adolescente. Permite que te conviertas gradualmente en un mentor, un guía, un consejero, alguien a quien poder acudir en busca de consejo o apoyo. Cuando mis hijas se acercan a sus años adolescentes, doy prioridad a una relación estrecha.

¿Por qué mi hijo adolescente se comporta así?

¿Por qué tu hijo adolescente se comporta así? La adolescencia no puede evitarse, por supuesto. Vendrá, seguro, y luego acabará, también seguro. Pero sus efectos serán distintos según cuál sea la situación de partida. Tras una infancia feliz y una relación padres-hijo satisfactoria, la adolescencia es una sacudida.

¿Cuál es la mejor herramienta para convivir con adolescentes?

La comunicación fluida ayuda mucho, pero a veces la paciencia es la mejor herramienta. Convivir con adolescentes: ¿misión imposible? De pequeños, te los comerías y, de mayores, lamentas no ha­bértelos comido.” ¿Quién no ha oído alguna vez esta simpática frase?