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¿Qué produce el vino en los intestinos?
Un grupo de investigadores del Kings College de Londres, Reino Unido, confirmó que esta bebida aumenta el número de ciertas bacterias que ayudan a los intestinos. Los beneficios están asociados a los polifenoles, una sustancia química que se encuentra en las uvas rojas.
¿Cuál es la bebida alcohólica que menos irrita el estómago?
Tequila y mezcal De igual forma, tiene un contenido muy bajo de calorías. «Un chupito de tequila contiene solo 63 calorías, en comparación con las 96 del vodka». Aunque parezca mentira, también es uno de los licores fuertes más amables con el intestino, ya que contiene fibra dietética y probióticos.
¿Cómo hacer para que el vino no te caiga mal?
6 remedios para la resaca de vino
- Beber mucha agua: Hidrata y desintoxica.
- Consumir zumos frescos: Elimina el alcohol y repone las vitaminas.
- Alimentos apropiados: Reponer la glucosa en sangre, las sales, el potasio y la vitamina B12.
¿Cuáles son los mejores vinos para tu estómago?
Así, el vino tinto, el blanco o el rosado son buenas opciones para disfrutar de esta bebida y de sus saludables propiedades sin tener que preocuparte por unos efectos secundarios que te harán poco bien. Eso sí, como llevo insistiéndote desde el principio, el vino es una bebida alcohólica y el alcohol es uno de los enemigos de tu estómago.
¿Cuáles son los beneficios del vino tinto?
En el año 2012 un estudio portugués demostró asimismo que los polifenoles del vino tinto desencadenan la liberación de óxido nítrico benigno y mejora las digestiones ayudando al estómago a convertir sustancias químicas, potencialmente dañinas, en moléculas menos peligrosas antes de que se distribuyan por el cuerpo.
¿Por qué el vino es tan fácil de digerir?
Para empezar, el vino es fácil de digerir, por lo que no tienes que pensar que al consumirlo estarás poniendo en peligro a tu debilitado estómago.
¿Por qué es importante el vino antes de las comidas?
El estudio de Peterson de 1986 demostró que el vino estimulaba la secreción gástrica del estómago, confiriéndole así una capacidas real como aperitivo. Por tanto se puede considerar que el vino tomado antes de las comidas estimula las secreciones gástricas y, particularmente, aquellas que tienen a su cargo la digestión de las proteinas.