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¿Qué es técnica Kintsugi?
Conocido como Kintsugi o Kintsukuroi es una técnica japonesa para arreglar piezas de cerámica. En esta técnica artística, las fracturas de cualquier pieza se arreglan con oro. De hecho, la traducción más fiel de kintsugi es «reparación de oro».
¿Por qué los japoneses reparan con oro?
En la técnica japonesa se utiliza una laca especial mezclada con oro, plata o platino, para reparar el objeto de manera que resalte (en lugar de ocultar) el daño. Esta artesanal forma de reparación celebra la ruptura como parte de la historia del objeto, y no como el final de la historia.
¿Cómo se llama el arte de reparar con oro?
kintsugi art
El kintsugi art o arte japonés de reparar con oro no es otra cosa que una práctica artesanal consistente en restaurar las fracturas de piezas de cerámica con barniz de resina espolvoreada de oro.
¿Qué quiere decir Kintsugi en español?
Pero en realidad no es tan nuevo, hace cinco siglos los japoneses acuñaron un término: kintsugi, literalmente «parche de oro», y es una apreciada técnica artesanal que consiste en recomponer los pedazos rotos de un objeto de cerámica y cubrir las «costuras» con polvo de oro o plata.
¿Por qué los japoneses reparan objetos rotos?
Cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro. Creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso. El arte tradicional japonés de la reparación de la cerámica rota con un adhesivo fuerte, rociado, luego, con polvo de oro, se llama Kintsugi.
¿Por qué los japoneses pintan de oro las grietas?
Si te conmovió esta técnica, ¡comparte! Si se rompe un plato, una fuente o un jarro de cerámica, los japoneses, en lugar de botarlo a la basura; lo unen con esta técnica ancestral y además pintan de oro las grietas para destacar las imperfecciones. Lo que logran es tan lindo como la filosofía que está detrás.
¿Por qué los japoneses consideran que las roturas son un “guerrero del camino”?
Los japoneses plantean que las roturas o los daños cuentan una historia particular, y esto lo hace único, especial, más fuerte y hermoso, porque lo convierte en un “guerrero del camino”, por lo que las cicatrices del objeto deben enaltecerse y mostrarse en lugar de ocultarse, para manifestar así su historia y transformación.