¿Qué es más importante diastólica o sistólica?
¿Qué número es más importante? Por lo general, se presta más atención a la presión arterial sistólica (el primer número) como factor de riesgo principal de enfermedades cardiovasculares en personas mayores de 50 años.
¿Qué significa que la diastólica está baja?
La segunda cifra, o inferior, mide la presión en las arterias entre los latidos. Esa es la presión diastólica. De manera general, una presión arterial diastólica se considera baja cuando es de 60 milímetros de mercurio o menos. No obstante, la presión arterial normal varía de una a otra persona.
¿Qué significa que la sistólica está alta?
Una presión arterial sistólica de 130 mm Hg o más alta es un factor de riesgo importante de ataque cerebral y enfermedad cardíaca. Su médico puede recomendarle cambios en el estilo de vida para que baje su presión arterial.
¿Qué pasa si la presión arterial diastólica es baja?
La presión sanguínea diastólica persistentemente baja puede causar un flujo sanguíneo reducido a los órganos principales e incluso puede dañar el corazón, el cerebro, los riñones y los ojos. Algunos estudios sugieren que, al disminuir la presión arterial diastólica, mayor es el riesgo de enfermedad cardiovascular.
¿Qué es la presión arterial sistólica?
Esta presión se conoce como presión arterial sistólica. La fase de contracción del corazón en la cual aumenta la presión arterial recibe el nombre de sístole. La presión arterial es mínima entre dos latidos del corazón, es decir, cuando se relaja el músculo cardiaco.
¿Cuál es la diferencia entre la tensión arterial sistólica y la diastólica?
Se sabe por el estudio Framingham que la tensión arterial sistólica suele aumentar lentamente entre los 50 y los 59 años y muy rápidamente después, mientras que la tensión arterial diastólica suele aumentar hasta los 50 años y a partir de esa edad tiende a disminuir.
¿Cuáles son las consecuencias de la alta presión diastólica?
La alta presión diastólica puede causar dificultad para respirar, dificultad para respirar y afectar el músculo cardíaco, lo que lo pone rígido y no permite que se contraiga y se relaje de manera efectiva.