Cuales son los fertilizantes naturales y artificiales?

¿Cuáles son los fertilizantes naturales y artificiales?

Tanto los fertilizantes artificiales (o sintéticos) como los naturales (u orgánicos) son fertilizantes químicos. Por su parte, los fertilizantes naturales tienen una acción más lenta y sostenida en el tiempo, además de aportar al suelo otros elementos y componentes orgánicos que ayudan a que mantenga su calidad.

¿Qué son los fertilizantes y qué tipos hay?

Un fertilizante o abono es un tipo de sustancia inorgánica u orgánica, natural o sintético, que presenta nutrientes que pueden ser asimilados por las plantas y que se adiciona al suelo para mantener, suplir e incrementar en determinados elementos esenciales del mismo, para el crecimiento de las plantas.

¿Qué son los fertilizantes sintéticos?

Los fertilizantes sintéticos son básicamente aquellos que se conocen como químicos, o inorgánicos, elaborados por el hombre, que aportan los minerales necesarios para procurar un desarrollo satisfactorio de la vegetación. Claro que si se utilizan en exceso podrían ocasionar un daño severo a la planta, como también contaminar los suelos.

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¿Cómo afectan los fertilizantes a las plantas?

Por el contrario, el fertilizante que no será utilizado por las plantas, se filtrará en el suelo y podría desplazarse con la lluvia y a través de los diques hasta los arroyos, ríos, lagos, embalses y océanos. Los compuestos químicos de los fertilizantes pueden contaminar los suministros de agua potable y alterar los ecosistemas.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de los fertilizantes sintéticos?

Como dijimos los fertilizantes sintéticos no son de origen natural, por lo tanto además de ciertas ventajas pueden presentar desventajas, y a continuación se las mencionamos para potenciar sus resultados a través de un uso responsable. Ayudan a alejar las plagas. Estimulan el crecimiento y vigor de las plantas.

¿Cuáles son los efectos de los fertilizantes en el suelo?

Si se utilizan en exceso pueden contaminar suelos y aguas subterráneas. Pueden ocasionar daño a las plantas por saturación de los requerimientos minerales. Acidifican el suelo, lo que puede resultar en un fenómeno conocido como desertificación, donde este pierde su capacidad de fertilizar.