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¿Qué mecanismos neuronales pueden verse afectados en la anorexia nerviosa?
En la anorexia, la bulimia nerviosa y la obesidad se sabe que algunas moléculas neurotransmisoras como la serotonina (que tiene también relación con el estado de ánimo, la ansiedad y las obsesiones) y la dopamina (implicada en la motivación, la búsqueda de recompensa y la actividad motora) se encuentran especialmente …
¿Qué causa a la anorexia?
Esta pérdida de peso está originada por la propia paciente, a través de una disminución de la ingesta de alimentos que se acompaña frecuentemente de conductas encaminadas a perder peso: autoprovocación del vómito, uso o abuso de laxantes y diuréticos o la práctica de ejercicio físico intenso.
¿Cómo afectan los desordenes alimenticios al sistema nervioso?
Estar a dieta es un factor de riesgo de padecer un trastorno de la alimentación. El hambre afecta el cerebro e influye en los cambios del estado de ánimo, la rigidez en el pensamiento, la ansiedad y la reducción del apetito.
¿Cuál es la cura de la anorexia?
El tratamiento para la anorexia suele llevarse a cabo mediante un abordaje en equipo, que incluye médicos, profesionales de salud mental y dietistas, todos con experiencia en trastornos de la alimentación. La terapia permanente y la educación sobre nutrición son muy importantes para la recuperación continua.
¿Cuáles son las consecuencias de la anorexia?
La anorexia puede tener unas consecuencias muy graves, tanto a nivel psicológico como físico. Quienes padecen esta enfermedad, pueden llegar a límites extremos de delgadez, en el que ponen en riego su vida.
¿Cómo afecta la anorexia a la menstruación?
Hormonales: a veces la anorexia puede conducir a la pérdida temporal de la menstruación. Óseas: los huesos se debilitan y se pueden romper o fracturar con más facilidad, conduciendo incluso a la osteoporosis.
¿Cuál es la diferencia entre anorexia y bulimia?
En cambio, en las personas con anorexia o bulimia las conexiones hacia el hipotálamo eran significativamente más débiles y la información iba en la dirección opuesta, lo que acababa anulando el hipotálamo y las señales que inducían la ingesta de alimentos.