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¿Cuáles son las consecuencias de la cirrosis?
Si tienes cirrosis, tu cuerpo puede tener dificultad para pelear contra las infecciones. La ascitis puede llevar a una peritonitis bacteriana, una infección seria. Desnutrición. La cirrosis puede hacer que sea más difícil para el cuerpo procesar nutrientes, y esto causar debilidad y pérdida de peso.
¿Qué provoca la cirrosis en el hígado?
Las causas más comunes de la cirrosis son: enfermedad hepática alcohólica: daño al hígado y a su función debido al abuso del alcohol link. enfermedad del hígado graso no alcohólico y esteatohepatitis no alcohólica. hepatitis C crónica.
¿Qué manifestaciones clínicas presenta el paciente con cirrosis?
¿Cuáles son los síntomas de la cirrosis hepática?
- Ictericia. Coloración amarillenta de la piel por la incapacidad del hígado de eliminar la bilirrubina de la sangre.
- Cambios en la piel. Dilataciones vasculares, sobre todo en mejillas, tronco y brazos.
- Retención de sal y agua.
- Facilidad para el sangrado.
¿Cuáles son los ejemplos de bacterias que causan infecciones?
Muchas despiden sustancias químicas llamadas toxinas, que pueden dañar los tejidos y así causan enfermedades. Entre los ejemplos de bacterias que causan infecciones se incluyen el estreptococo, el estafilococo y la E. coli. El tratamiento habitual es con antibióticos.
¿Cómo se tratan las infecciones en las personas con cáncer?
Debido a que las infecciones en las personas con cáncer pueden empeorar rápidamente, a veces el tratamiento se inicia antes de obtener los resultados de laboratorio. A menudo se comienza de inmediato la toma de antibióticos de amplio espectro. Un antibiótico de amplio espectro tratará distintas bacterias al mismo tiempo.
¿Cómo se reproducen las bacterias infecciosas?
Las bacterias infecciosas se reproducen rápidamente dentro del cuerpo y pueden provocar enfermedades. Muchas despiden sustancias químicas llamadas toxinas, que pueden dañar los tejidos y así causan enfermedades.
¿Cuáles son los riesgos de infecciones óseas?
Pueden extenderse al hueso desde la piel cercana, los músculos de alrededor o a través del torrente sanguíneo. Las personas con mayor riesgo de infecciones óseas son las que padecen de diabetes, mala circulación o una lesión reciente en el hueso. También las personas que son tratadas con hemodiálisis.