¿Por qué se les debe aplicar flúor en los dientes?
El barniz de flúor es un tratamiento para los dientes que puede ayudar a prevenir las caries, a reducirlas o a evitar que se empeoren. El barniz de flúor se hace con fluoruro, un mineral que puede fortalecer el esmalte dental (la capa externa de los dientes).
¿Cuánto tiempo se debe aplicar el flúor?
Se recomienda aplicar flúor en el consultorio, desde que el niño cumple 1 – 2 años de edad y desde entonces hacerlo cada 4 – 6 meses, dependiendo del riesgo de caries de cada niño. La aplicación del flúor también es un procedimiento sencillo y que no le produce molestias a los niños.
¿Cómo funciona el fluoruro?
El flúor se une al calcio del diente y dificulta así la adherencia bacteriana, trastorna la fermentación bacteriana de los azúcares y, en definitiva, cambia la estructura del esmalte dental, le aporta más dureza y defensa ante los ácidos.
¿Qué beneficios tiene el flúor para los dientes?
El flúor es un mineral natural que, cuando lo incorporas a tus cuidados orales, fortalece los dientes y ayuda a prevenir las caries. Por ello, desde hace 70 años, su presencia en los sistemas de agua potable se ha considerado como algo ventajoso en países como los Estados Unidos.
¿Cómo se aplica el flúor en el diente formado y erupcionado?
En el diente formado y erupcionado, se incorpora principalmente a la superficie del diente desde el medio bucal. Se hace a través de topicaciones de flúor en clínica dental, pastas fluoradas, colutorios, geles fluorados, etc. Aplicación tópica de flúor en la clínica dental
¿Cómo se trata el flúor en los dientes de los niños?
El procedimiento consiste en que el odontólogo extiende una especie de geles o espumas de flúor en los dientes de los niños, un tratamiento que suele durar entre 1 y 4 minutos. Hasta después de media hora desde que se realizó esta terapia preventiva, el pequeño no puede ingerir nada, ni siquiera agua.
¿Cuándo se debe aplicar el flúor dental tópico?
Sin embargo, es importante hacer énfasis en que el flúor dental tópico solo debe aplicarse a partir de los 2 años de edad cuando el niño ya pueda controlar el reflejo de deglución y no exista el riesgo de ingerir el producto accidentalmente.