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¿Cómo saber si tengo un piercing en el ombligo?
Todos los piercings en el ombligo se ven rojos, hinchados y delicados enseguida de realizarlos. Si la irritación continúa por más de una semana, o hay pus o pérdidas olorosas, puedes tener una infección. Los piercings infectados son una señal temprana de rechazo.
¿Por qué los piercings del ombligo son tan malos?
Los piercings del ombligo tienen la mala fama de dar problemas. En parte esta reputación viene dada por adolescentes que suelen escoger este como el primero que se hacen. Por falta de formación no le han proporcionado los cuidados adecuados. También son propensos a usar joyas de mala calidad que son fatales para la curación.
¿Es inusual que un piercing en el ombligo cambie de lugar?
No es inusual que un piercing en el ombligo cambie de lugar mientras se cura. Esto puede pasar por una alergia a un metal o porque la joya se trata de mover para que el movimiento natural de tu cuerpo no la moleste. Si notas que la joya se movió, asegúrate con el que realizó el piercing si es un movimiento natural o si debes cambiar la joya.
¿Qué significa llevar un piercing en tu cuerpo?
Llevar un piercing en cualquier zona del cuerpo es un reflejo de tu personalidad, de tu individualidad y de tu rebeldía. Aunque hoy en día los llevan millones de personas, conservan parte de este significado, pero lo importante, sin embargo, es lo que represente para ti.
¿Cómo saber si mi piercing está infectado?
Ten en cuenta la ubicación del piercing. Si se encuentra en un área del cuerpo que está más propensa a las infecciones, debes sospechar que exista una infección más rápidamente. Pregúntale al profesional que te ponga el piercing sobre las probabilidades de que se infecte.
¿Cómo saber si mi piercing está caliente?
Junto con el enrojecimiento, la inflamación y el dolor, aparece el calor. Si el piercing está muy inflamado o infectado, podrías sentir como si emitiera calor o incluso se sentirá caliente cuando lo toques. Ante tocas el área del piercing para comprobar si está caliente, lávate siempre las manos. Observa si tienes alguna secreción o pus.