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¿Cómo afecta la pisada a la espalda?
Una mala pisada puede provocar también una curvatura a nivel lumbar por compensación, lo que genera problemas a nivel de columna y sobrecargas musculares. “Hay un músculo que da muchos problemas relacionado con la pisada, que es el piramidal o piriforme“, ilustra el doctor Lafuente.
¿Qué puede provocar una mala pisada?
Síntomas típicos que pueden indicar la existencia de una mala pisada pueden ser: fascitis plantar, tendinitis en el pie, dolor de rodillas, espalda o cadera, juanetes, espolón calcáneo… Pisar mal puede terminar provocándonos lesiones que necesiten de algún tratamiento como puede ser el uso de plantillas personalizadas.
¿Cómo saber si tienes mala pisada?
Síntomas de una mala pisada
- Dolor de pies, tobillos, rodilla, caderas o espalda al correr.
- Dolor de pies al correr.
- Lesiones recurrentes.
- Desgaste irregular del calzado.
- Deportistas que quieren prepararse y mejorar su rendimiento deportivo.
¿Qué causa el dolor de arco?
En la mayoría de los casos, el dolor de arco es causado por la tensión en el arco plantar, o fascia plantar, que es el ligamento que va desde el talón hasta la base de los dedos. Disfunción del tendón tibial posterior. Sobrepronación. Tensión por uso excesivo (correr, caminar y pararse de pie todo el día). Fractura por estrés.
¿Qué causa el dolor en la espalda alta?
El dolor en la espalda alta puede deberse a trastornos de la aorta, tumores en el pecho e inflamación de la columna. Los problemas de la columna vertebral, como la osteoporosis, pueden provocar dolor de espalda.
¿Qué es el dolor de espalda crónico?
El dolor crónico o prolongado se desarrolla durante un período más largo, aproximadamente más de 3 meses y causa problemas continuos. Si una persona tiene tanto episodios ocasionales de dolor de espalda más intenso como dolor leve bastante continuo, puede ser difícil para un médico determinar si el dolor de espalda es agudo o crónico.
¿Qué es la cirugía para el dolor de espalda?
La cirugía para el dolor de espalda es muy poco común. Si un paciente tiene una hernia discal, la cirugía puede ser una opción, especialmente si hay dolor persistente y compresión de los nervios que pueden provocar debilidad muscular. Los ejemplos de procedimientos quirúrgicos incluyen: