Tabla de contenido
¿Qué es lo mejor de ser niño?
Dicen lo que piensan: No tienen miedo ni prejuicios al decir lo que piensan, e incluso al escuchar a los demás. Su capacidad de asombro: Se sorprenden con cada cosa que descubren, que ven, que escuchan y lo disfrutan. No discriminan: no se dejan llevar por los prejuicios, en esa etapa de la vida “todos somos iguales”.
¿Qué es lo bueno de ser niño o niña?
Las respuestas de los niños sobre “Lo mejor de ser niñas” coinciden con en la percepción positiva de ser niña, cuando dicen que son: “Más responsables”, “más inteligentes”, “tienen más neuronas”, “se dedican más a los estudios” en 6 respuestas, “Tener el cabello largo” y Son “más ágiles, más amables y agradables”.
¿Qué piensa Dios de los niños?
Los niños son un regalo de Dios, como parte de Su herencia, si obedecemos su Palabra: Salmos 127:3 “3 Los hijos son una herencia del SEÑOR, los frutos del vientre son una recompensa.”
¿Por qué es tan importante ser niño?
Ser niño es lo máximo, no hay quien lo niegue. Esa época de la vida en la que no hay responsabilidades y el mundo nos lo queremos comer a mordidas es una de las mejores etapas que hay. Además, es el momento para experimentar y conocer, años en los que por muchas travesuras que uno haga, todo estará bien.
¿Cuál es la importancia de los primeros años de la vida de tu hijo?
Los primeros años de la vida de tu hijo son muy importantes para su salud, es la etapa en la que cada niño se desarrolla a su propio ritmo, por lo que es imposible predecir exactamente cuándo aprenderá una habilidad en particular.
¿Cuál es la importancia de los niños en la primera infancia?
A medida que los niños entran en la primera infancia, que es de los 3 a 5 años, su mundo comienza a expandirse. Se harán más independientes, querrán explorar y preguntar más sobre las cosas a su alrededor.
¿Por qué es importante el desarrollo infantil?
¿Porqué es importante el desarrollo infantil? Los primeros años de la vida de tu hijo son muy importantes para su salud, es la etapa en la que cada niño se desarrolla a su propio ritmo, por lo que es imposible predecir exactamente cuándo aprenderá una habilidad en particular.