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¿Qué pasa si un bebé no sabe succionar?
La succión incorrecta es aquella susceptible de causar problemas a la madre (dolor, traumatismos, infección…), al bebé (poca ganancia de peso, irritabilidad…) o a ambos. Algunos bebés son más susceptibles de succión incorrecta como por ejemplo: Bebés prematuros.
¿Qué puedo hacer para que el bebé succiona?
Sosteniendo el pecho, roce el labio inferior de su bebé con su pezón o haga que su barbilla toque el pecho. Esto provocará que abra su boca. (Si su boca sigue cerrada, roce su labio de nuevo, presione suavemente hacia abajo en su barbilla con su dedo índice y abra su propia boca también, pues su bebé podría imitarla).
¿Cuál es la forma correcta de dar el biberon?
Pasos a seguir para dar el biberón a un recién nacido
- Inclina la cabeza de tu bebé.
- Introduce la tetina en su boca.
- Elije un biberón con el tamaño correcto de tetina.
- Hazle eructar durante y después de la toma.
- Tira lo que sobra a la basura.
¿Qué hacer si mi bebé no quiere el biberón?
Si a pesar de todo tu bebé no quiere el biberón bajo ningún concepto, hay otras opciones si no puedes seguir dando el pecho. Todo va a depender de la edad de tu bebé, si es muy chiquitín podemos darle la toma con una jeringa, suelen tolerarla bien.
¿Por qué mi bebé rechaza el biberón?
Si el bebé comienza a rechazar el biberón, puede tratarse de la leche o del propio bebé en sí. Para ello es necesario verificar si la causa principal es la leche. A algunos bebés les gusta la leche tibia mientras que a otros les encanta más caliente o incluso fría.
¿Cuánto tiempo tarda en llegar el biberón a mi bebé?
Como esto puede tomar algunos días, si quieres hacer el paso porque es momento de volver al trabajo, lo mejor es ofrecer el biberón a tu bebé entre 2 y 3 semanas antes de que te reincorpores nuevamente a tus funciones, así tendrás tiempo de ir probando distintas estrategias.
¿Qué pasa si mamas del pecho de mamá a tener que alimentarse con un biberón?
Y una de las primeras situaciones con la que ambos tendrán que lidiar es el paso de mamar del pecho de mamá a tener que alimentarse con un biberón, algo que tal vez no le agradeen las primeras ocasiones, generando un gran estrés para ambos que, incluso, puede hacer que el pequeño se deje de alimentar.